1 de julio de 2013

Él

Me está esperando ahí de pie, estoy enfadada e intento mantener la compostura, pero ya a lo lejos veo que no seré capaz de mantenerlo por mucho tiempo. Lo arrollará todo a su paso con su a veces detestable aunque adorable sonrisa, sí es de esas que te derriten por dentro y no puedes hacer nada por evitarlo. Yo intento ponerme seria y le miro, mantengo la mirada pero él no aguanta y se le escapa una risa que se me contagia, le digo que va de verdad que no se ría, me promete que no se reirá pero es incapaz de de contenerse. Yo en el fondo también me quiero reír pero guardo las apariencias, así que pretendo seguir enfadada. Miro para otro lado para disimular la sonrisa que se me escapa ante lo ridícula que está resultando  la situación y es cuando él me agarra por la espalda e intenta hacer que le mire porque sabe que me estoy riendo. Me resisto, pero él tiene más fuerza que yo y acabo mirándole. Ahí sabe que lo tiene hecho, intenta un beso pero soy rápida y consigo evitarlo, a él le hace gracia así que me sigue el juego e insiste. Me hace cosquillas hasta que me duele la barriga de reírme tanto y tengo que suplicarle que pare porque no puedo respirar, entonces su mano sube desde si estómago hasta mi mandíbula, con suavidad. Se acerca a mi despacito, sabe que estoy perdida, que no tengo escapatoria y me besa. Presiona sus labios contra los míos y yo simplemente me abandono. A medida que su mano avanza jugando con mi pelo con la otra me empuja hacia él y yo le rodeo con mis brazos dejándome hacer.Entierro mis manos en su pelo, una de las mejores sensaciones que conozco, sé que él odia que le despeinen, pero eso solo lo hace aún más divertido. Me separo de él, apoyo la cabeza en su hombro y aspiro su olor, no conozco ningún perfume que sea capaz de comparársele. Me mira desde arriba, sonríe, me besa en la frente y simplemente me olvido de todo.

18 de junio de 2013

Violetas

Abro la ventana. Triste panorama. Arrolladora realidad. Cierro los ojos. Inspiro. Expiro. Silencio el ruido. Comienza la evasión. Me abstraigo del mundo. Me voy lejos, muy lejos. Allí no me encontrarán. Noto como me abandono. Click. Se han separado. Comienza el juego.

15 de junio de 2013

Soledades

Ella. Las lágrimas caen por su rostro de porcelana como pequeñas perlas describiendo un recorrido accidentado a través de sus hermosas facciones. Atraviesan sus mejillas, rodeándolas, como si no quisieran mojarlas, para finalmente morir en su boca. Sus labios temblorosos se tornan salados. Ella llora, pero en silencio, no quiere que nadie la oiga. Sus ojos vidriosos, cansados, están vacíos; buscan algo a su alrededor a lo que poder aferrarse, pero no consigue ver a través de la neblina que en ellos se ha asentado y desesperada abandona su lucha. Comienza a hipar. Al principio solo es un débil sollozo apenas perceptible, sin embargo poco a poco su sonoridad aumenta. Las lágrimas ya manan de sus ojos, trata de apartarlas con el dorso de las manos pero lo único que consigue es que su máscara de pestañas le manche el rostro. Sabe que tarde o temprano romperá a llorar, se conoce, últimamente le sucede a menudo. Hace un último esfuerzo por recomponerse, intentando aplazar lo inevitable. La vista se le nubla y entonces se da cuenta de que no lo conseguirá y llora. Llora hasta que no le quedan lágrimas que derramar, hasta que le duelen los pulmones. Su respiración entrecortada es lo que rompe el silencio reinante en la habitación y sigue llorando.Llora porque se siente sola.

2 de mayo de 2013

El reto

Volviendo atrás recuerdo como era todo en un principio. Ilusión, esperanza, decepción, sorpresa, confusión...todo enredado, todo en mí. Guardado bajo llave lo tenía, escondido en un rincón pero se revolvía, hacía ruido, quería salir y darse a conocer. Encontré un confidente, alguien que no diría nada, que nunca me traicionaría y con la grácil pluma plasmé en él todo, absolutamente todo. Le lloré mis penas página tras página, le llené de sueños, de esperanzas y futuribles que no sabía si algún día podrían convertirse en mi realidad. Fue un desahogo, pero no suficiente, necesitaba algo más tangible y donde menos lo imaginaba lo encontré esperándome con los brazos abiertos. Solo él sabe y es el único que ha sabido siempre todo lo que rondaba mi cabeza. A veces es mejor así, porque si las cosas se tuercen es más fácil enderezarlas, hay menos cabos sueltos, pero aún así siguen ahí como un recordatorio de lo que no te atreviste a enfrentar. 
Quizá vaya siendo hora de densenredar cuerdas y aprender a hacer nudos, firmes, para poder silenciar el lugar donde gritan las sombras de lo una vez fue un hermoso sueño.

8 de marzo de 2013

Pequeño paraíso.

Ven, susurra. Me llama. Quiere que vuelva. Pero yo no quiero mirar atrás. Sé que si doy la vuelta me hará regresar. Comenzará a meterse en mi cabeza con su aterciopelada voz a la vez que tararea su dulce melodía. Debo seguir adelante pero es tarde, ya ha comenzado su embrujo. Me hechiza, dice cosas hermosas que sabe que quiero escuchar. Sus palabras imantadas hacen que me detenga, evocan el paraíso que un día me prometió. Me hizo crear un mundo donde me dijo que esperara hasta que él volviera y podríamos estar juntos para siempre. Mi ilusión era tan grande que pensé en cada mínimo detalle. Quería que todo fuera perfecto. El tiempo pasaba y pasaba, pero a mi no me importaba porque me había dicho que vendría. Yo le recordaba mientras él no estaba e imaginaba qué haríamos durante cada minuto de toda nuestra eternidad. Sin embargo, la eternidad pasó y él nunca volvió. Todo se rompió. Yo era una muñeca rota...y rota abandoné el paraíso que se había convertido en mi propio infierno. Ahora había vuelto, quería recuperarme. Su voz me produjo un escalofrío que recorrió toda mi espina dorsal cuando pronunció mi nombre. Lo consiguió, había ganado. Me giré y le vi. Era aun más bello de lo que recordaba. Era inconcebible que algo tan hermoso pudiera ser malo; aunque en realidad sabía que así era. Había pasado tanto tiempo buscando un ángel, mi ángel...que se me olvidó que los demonios son igual de hermosos que ellos. Su sonrisa interrumpió mis pensamientos y a la vez extendió su mano hacia mi. Desarmada, caminé hacia mi pequeño demonio. Caminé hacia la que sería mi dulce perdición.

30 de enero de 2013

Baúl

Es curioso las ganas que tenemos de hacernos mayores cuando somos pequeños y las ganas de volver a ser niños cuando ya lo somos. El tiempo pasa y apenas nos damos cuenta, hasta que un día decidimos mirar atrás y todo nos parece muy lejano. Quisiéramos recuperarlo, volver atrás. Todo era más sencillo. No teníamos que hacer elecciones ni por qué preocuparnos, nuestra mayor inquietud era que no nos dejaran ir al patio a jugar con los demás niños. 
Las tardes jugando, el escondite, el pilla-pilla, la pelota, los pantalones rotos, los rasguños en las rodillas, las pinturas, la cara manchada, el chocolate, los zumos, los días de playa, la bici, la cometa, el cubo, la pala, los lloros, las risas, las riñas, los abrazos, las disculpas, los cumpleaños, los amigos, Mamá y Papá....¿dónde fueron esos días?,¿qué pasó con ellos?,¿cómo hemos llegado hasta aquí?...¿Cuándo nos hicimos mayores?
Puede que nos esperen tiempos mejores o tal vez no, pero una cosa es segura: esos tiempos no volverán. Quizá ahora entendamos por qué Peter Pan nunca quiso crecer.

26 de enero de 2013

Gris

Colgada de la radio, escucho. Escucho cada nota. Cada sentimiento. Todo esconde una historia. La historia de alguien. Su historia. Tu historia. La mía.