30 de enero de 2013

Baúl

Es curioso las ganas que tenemos de hacernos mayores cuando somos pequeños y las ganas de volver a ser niños cuando ya lo somos. El tiempo pasa y apenas nos damos cuenta, hasta que un día decidimos mirar atrás y todo nos parece muy lejano. Quisiéramos recuperarlo, volver atrás. Todo era más sencillo. No teníamos que hacer elecciones ni por qué preocuparnos, nuestra mayor inquietud era que no nos dejaran ir al patio a jugar con los demás niños. 
Las tardes jugando, el escondite, el pilla-pilla, la pelota, los pantalones rotos, los rasguños en las rodillas, las pinturas, la cara manchada, el chocolate, los zumos, los días de playa, la bici, la cometa, el cubo, la pala, los lloros, las risas, las riñas, los abrazos, las disculpas, los cumpleaños, los amigos, Mamá y Papá....¿dónde fueron esos días?,¿qué pasó con ellos?,¿cómo hemos llegado hasta aquí?...¿Cuándo nos hicimos mayores?
Puede que nos esperen tiempos mejores o tal vez no, pero una cosa es segura: esos tiempos no volverán. Quizá ahora entendamos por qué Peter Pan nunca quiso crecer.

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